viernes, 9 de febrero de 2007

La Biblia y las demos de Wilco III

y tengo tanto calor... y pienso en hielo... en meterme la cabeza en un cubo de hielo... por eso abro la puerta y salgo volando hacia la recepción con las botas y los vaqueros sin darme cuenta de que no había despegado la pistola de mi mano... y me paro justo ante la puerta de la recepción para pedir hielo... pero ella no me escucha... sólo me mira y mira su mesa y huele a pavor por que yo gesticulo con la pistola y la pido que me de el maldito hielo y deje de temblar, que sólo quiero el hielo y empezamos a gritar y ella comienza a llorar y a temblar como una gota y en ese momento viene un negro muy fino hecho una furia y sin pantalones gritando y la situación se complica por que estamos los tres fuera de nuestras casillas y me giro para decirle al negro que se calle y no paro de sudar y le amenazo con la pistola y el tío se vuelve medio loco y la situación se pone muy tensa hasta que todo estalla y el negro cae al suelo con sangre por todos lados y yo me quedo paralizado y miro a la vieja con la escopeta humeante en las manos mirándome fíjamente con ojos de vaca tras sus gafas.

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